Miguel Sobrado

Viaje en canoa motorizada en  1972, desde Moín a Barra del Colorado. Estaba realizando entonces un trabajo para Mideplan-Japdeva. El viaje duró casi cinco horas a través de los canales en una selva impenetrable pero cada vez más amenazada por los madereros que avanzaban por los costados. En Barra del Colorado había solo algunas casitas de pescadores artesanales de subsistencia.

Esta vez 44 años después, el panorama fue muy distinto, empezando por el viaje que lo realicé saliendo de San José en bus hasta Cariari de Guápiles  tomando posteriormente un transporte acuático primero por un río pequeño y poco profundo, hasta llegar a los canales. Total dos horas y media en bus con una pausa para desayunar y una hora en lancha hasta llegar al Hotel Laguna Lodge Tortuguero.

Los cambios son brutales. Atrás quedó la depredación del bosque primario por parte de los comerciantes de madera. Se logró con la declaratoria de Tortuguero como Parque Nacional salvar una gran parte del bosque primario y crear condiciones para la recuperación de los bosques devastados.

Una población de 1800 personas viven del turismo, como empleados de los hoteles, productores de artesanías u otros productos  de consumo local. La naturaleza es protegida por las leyes y unos cuantos guarda parques pero esta protección se vuelve real por la supervisión de los vecinos que viven del turismo y velan por su modus vivendi.

Los guías de turismo que nos atendieron me impresionaron por su conocimiento de las plantas y animales de la región, así como por su capacidad de percibir animales entre la floresta y los arbustos y orientar la mirada de los turistas. Algunos de ellos han llevado cursos de dendrologia y zoología, pero su experticia se deriva de la práctica cotidiana y su relación con los turistas, muchos de ellos ambientalistas, de lo que podríamos llamar Universidad de la vida. Este conocimiento me lo ratificó mi compañera de viaje una ingeniera forestal con varios años de práctica en la vida profesional.

 Los canales albergan una gran belleza de vida natural, tanto vegetal como animal, que a falta de amenazas, se expone con generosidad a los ojos del turista, lo que hace la visita al parque particularmente atractiva.

Mi compañera de viaje amante de la naturaleza y del naturismo aprovechó la visita para contratar un tour en horas tempranas y del atardecer, cuando en los canales  no hay gente y el sol no quema para asolearse gozando del contacto directo con la naturaleza.

 

En Tortuguero no existen automóviles, ni buses, todo el transporte se realiza por medio fluvial, lo cual no exime de choques y accidentes, especialmente de noche cuando las lanchas andan de sin focos a alta velocidad.

Hay algunos, muy pocos al parecer, productores agrícolas en la vecindad inmediata que han orientado su producción generando una primera línea de encadenamientos. Existe una segunda y tercer línea en la región, pero valdría la pena analizar la expansión en el entorno para generar un foco de desarrollo creciente y sustentable.

No obstante, existe un obstáculo importante y es la inseguridad jurídica que tienen las personas asentadas hace muchos años en la zona marítimo terrestre. Existen condiciones, para que respetando la sostenibilidad del medio ambiente del cual depende el bienestar de los habitantes de la región, se generen arriendos o concesiones de largo plazo que faciliten el acceso al crédito. No se trata de poner al mercado por encima de la ecología, sino de darle las condiciones para que operen, con la participación de sus habitantes en el contexto local.